Qué larga es la vida, dijo T.S. Elliot, o al menos se atrevió a escribirlo. sentirlo. como dice Tracy Letts, pues tampoco es que estuviera diciendo nada nuevo, pero fue el primero que tuvo el corage de aceptarlo en un papel y ahora, cada vez que se diga esa frase, se deberá también decir su nombre.
Lo escribió cuando rondaba los de 30, pero de alguna forma vivió con ello, y se murió con 76 años.
Pero la frase nunca me gustó.
En ningún lugar te sentirás en casa, pero en todos los lugares te sentirás bien. Fue la máxima durante mis 6 años en Madrid. Pero ahora la idea se me queda coja y vuelta a empezar. Madrid seguirá siendo una ciudad inabarcable, infitinita. Cuando leí "París no se acaba nunca", de Vila-Matas, me imaginé siempre que hablaba de esta ciudad, y pude casi ver a Hemingway entrando con las tropas de la resistencia a Madrid, salvando la ciudad, bebiéndose todo el alcohol del hotel Ritz, dándole una patada en el culo a los franquistas.
Como dice Letts, a través del alcohólico Beverly, hay que ser justos hasta con el diablo. Y siendo justos, voy a extrañar esta ciudad.
Me voy a Bonn, o mejor, ya estoy aquí, en algo que ella y yo llamamos casa.
Para dejar Madrid tuve que entregarme a un poder superior, como otrora lo hiciera con los libros, o el cine....ahora lo hago con ella. Los tres están aquí, esta noche.
No soy el primero en decírselo, sentirlo, claro está.
Lo escribió cuando rondaba los de 30, pero de alguna forma vivió con ello, y se murió con 76 años.
Pero la frase nunca me gustó.
En ningún lugar te sentirás en casa, pero en todos los lugares te sentirás bien. Fue la máxima durante mis 6 años en Madrid. Pero ahora la idea se me queda coja y vuelta a empezar. Madrid seguirá siendo una ciudad inabarcable, infitinita. Cuando leí "París no se acaba nunca", de Vila-Matas, me imaginé siempre que hablaba de esta ciudad, y pude casi ver a Hemingway entrando con las tropas de la resistencia a Madrid, salvando la ciudad, bebiéndose todo el alcohol del hotel Ritz, dándole una patada en el culo a los franquistas.
Como dice Letts, a través del alcohólico Beverly, hay que ser justos hasta con el diablo. Y siendo justos, voy a extrañar esta ciudad.
Me voy a Bonn, o mejor, ya estoy aquí, en algo que ella y yo llamamos casa.
Para dejar Madrid tuve que entregarme a un poder superior, como otrora lo hiciera con los libros, o el cine....ahora lo hago con ella. Los tres están aquí, esta noche.
No soy el primero en decírselo, sentirlo, claro está.
En el buzón de Maxstrasse 75, está escrito mi nombre.
2 comentarios:
todos dejamos Madrid... pero ella no nos deja nunca.
León...te dejo una canción
http://www.youtube.com/watch?v=Ji0xDg6EVvI
un abrazo, desde Bonn
Publicar un comentario