Vuelvo a casa, derrotado después de mi tercera clase de alemán. Quien busque sentido en este idioma, no lo encontrará, el idioma está maldito.
Me distraigo en la Münsterplatz. Dos hombres pasan en bicicleta, y me dicen "qué fue hermano". Son ecuatorianos. Pero siguen su camino, sonriendo. Estamos en todos lados, pienso. Si pusieran barcos gratis para trasladarnos a cualquier otro destino, ¿cuántos quedarían en Guayaquil? Sería una especie de Mariel, a la ecuatoriana claro está.
Sentirse perdido es parte de estos días. El sentido sólo empieza a partir de las 18:00 Uhr.
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