sábado, febrero 09, 2008

cartas 7/02/08

Acabo de regresar de mi bar. Digo mi bar porque es el más cercano, no porque lo haya hecho mío.

De hecho es un lugar infame (te anexo la foto), pero bebí tres cerveza Sol bien frías y una botana (bueno, tapas) bien surtida. Un caldo de camarón, unos caracoles en adobo (que es una salsa de diversos chiles suaves pero con sabor ahumado, deliciosa) y unas carnitas michoacanas (carne de cerdo frita en aceite) en taquitos en salsa verde.

Y tú, comiendo gambas embarradas en un pan.

Deberías venirte por unos días. Vengo extasiado del sabor y de haber bebido buenas cervezas a temperatura ideal. Me hubiera gustado mucho que estuvieras aquí, bebiendo conmigo y charlando de las maravillas de las cosas simples (hay unas meseras horribles, que se ponen unas minifaldas que les cubren media nalga, alegrando al personal (clientes habituales, vendedores de lotería, limpiabotas, borrachos de la barra y toda la fauna que somos los urbanícolas).

En verdad te eché de menos. Bebí solo y es la cosa más jodida que hay, pero da más coraje si lo que come uno es delicioso. Hoy “se voló la barda” el chef (si así se le puede llamar al cocinero grasiento que está encerrado en esa cocina guardarratas). Espero que se entienda la metáfora beisbolera.

Bueno, como todo lo que entra tiene que salir, es hora de encerrarme en el inodoro. Me llevaré el diario que compré.


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