jueves, junio 24, 2010

día 55: 33 cosas antes de 33

Al fin, creo que tengo la lista:

  1. Terminar esta lista
  2. Ver toda la filmografía de Bergman
  3. Ver toda la filmografía de Malle y Truffaut.
  4. Ver toda la filmografia de Woody
  5. Aprender portugués
  6. Comprar un libro de Elmer
  7. Ver a Caetano en concierto (otra vez)
  8. Vistar Londres
  9. Visitar Alemania (otra vez)
  10. Visitar Amsterdam
  11. Visitar Polonia
  12. Visitar China
  13. Visitar Buenos Aires
  14. 20 días de vacaciones en casa
  15. Leer otra vez 1984, toda la obra de de Paulo Freire, Mignolo, Eric Wolf, Bell Hooks, Nikki Giovanni, y todo el feminismo y postcolonialismo que pueda.
  16. Publicar alguna foto y participar en algún concurso
  17. Publicar alguna puta mierda
  18. Bailar toda la noche en la Playa
  19. Ir a un concierto de Calamaro, de Aute y de Sabina.
  20. Poder tocar al menos 10 canciones de Caetano en la guitarra y otras 10 de Chico.
  21. Decidir dónde quiero pasar los proximos 5 años de mi vida.
  22. Participar de algún movimiento social
  23. Aprender a cocinar con bacalao
  24. Lograr una total des-alineación, des-estructuración, des-ubicación y des-ajuste.
  25. Desaprenderlo todo constantemente
  26. Comprarme un Darshiki.
  27. Olvidar, curar, reparar, incoprorar, desechar, sumar.
  28. Vomitar lo que pienso
  29. Cultivar el odio y la perseverancia
  30. Cuidar a Violeta (mi planta, aunque en realidad es dios).
  31. Conocer una granja ecológica y vivir un tiempo en ella
  32. Viajar por toda españa
  33. Encontrar un hogar
  34. (Dejar abierta la posibilidad de transformar esta lista completamente)

    día 55: I try


    domingo, junio 13, 2010

    día 44: The Ethical slut (flash back)


    "Esta historia no tiene un final ordenado —hablamos durante horas, o quizás estuve escuchando, y escuché lo duro que era para ella, cómo se sintió invadida, cómo sintió que su casa no era un sitio seguro...cómo se sintió atacada por ella y por mí, del miedo que tuvo a que la abandonase. No llegamos a conclusiones sencillas que se convierten en buenas historias para libros —simplemente nos dedicamos a dejar salir nuestra angustia, y nos fuimos a dormir exhaustas. Nos levantamos a la mañana siguiente sintiéndonos mejor, pero sin haberlo superado. El tema volvió a surgir en los dos días siguientes.."


    "Mi amante y yo aún estamos enamoradas y trabajando en ello. Estamos comprometidas con esta relación, y con solucionar nuestras diferencias con compasión por la otra y por nosotras mismas. De vez en cuando me aterra la idea de que me abandonará..."


    "Escuchar a tu amante cuando está celosx puede ser difícil. A veces nos resulta más fácil el enfadarnos y echar a nuestrx amante de nuestro lado que mantenerse cerca cuando está sufriendo, para empatizar, para apoyar, para cuidar."

    "Cuando culpamos a nuestrx amante por estar celosx, estamos intentando justificar nuestro intenso deseo de no tener que escuchar cuánto duele cuando vamos camino de la puerta para ir a jugar con otra persona. Es una manera horrible de evitar tener que enfrentarte con tus sentimientos de culpa. Si esto te suena familiar, si has experimentado momentos como este en tu vida, te recomendamos que practiques la habilidad de quedarte en silencio con el dolor de tu amante y el tuyo. Recuerda, tú no tienes que solucionar nada, todo lo que tienes que hacer es escuchar, a ti mismx o a otra persona, y entender que duele. Punto."

    The Ethical Slut
    Dossie Easton y Janet Hardy

    día 44: Stella


    Mi primer día en el colegio jamás lo olvidaré. Llegué tarde, sin cuadernos ni bolígrafos, y al entrar a la sala general el profesor de turno me hizo salir de ella.  Entré otra vez y otra vez me volvió a expulsar. Tuve que hacerlo durante 3 ocasiones, hasta que Felipe me dijo, despacito, que me estaba olvidando de saludar. 

    Se suponía que este era un colegio distinto, que el director era un viejo amigo del partido comunista, y que aquí tendríamos una educación diferente. Yo venía ya con pocas expectativas sobre la educación. Había estado en 4 escuelas distintas, no conservaba ningún amigo y la verdad es que no me gustaba estudiar. Mis profesoras y profesores, todos ellos sin excepción, me parecían sádicos perversos que disfrutaban a través del castigo. Se los podía ver casi llorar de placer cuando castigaban, cuando sancionaban, cuando te echaban del salón; la crueldad fina y planificada de la tarea escolar extra, el apetito desordenado de la regla cayendo sobre tus manos. Alguna vez pude escuchar cierto jadeo.

    Yo leía muy poco (casi nada o más bien nada) y sólo me interesaba coleccionar figurillas, leer comics y jugar ajedrez.

    Pensaba que el colegio sería un lugar distinto, pero seguí jugando el mismo papel. La única diferencia es que en el colegio descubrí a muchos otros que querían jugar el mismo papel que yo. 

    Ese primer año pasó indiferente para mí. El segundo, conocí a Tomás. Era el hijo de los mejores amigos de mis padres, y venía con un buen curriculum: se había leído ya El Capital a los 12 años, conocía de historia como nunca he conocido a otra persona y jugaba ajedrez. En esto último fue en lo único que pude superarlo. Fue gracias a él (aunque él no lo sabe) que me comenzaron a interesar los libros que había en casa. El primero de todos, El coronel no tiene quien le escriba. Recuerdo que lloré varios días con el final, y que mis padres pensaban que debía ir a un psicólogo, porque acababa de descubrir la muerte. 

    Luego vinieron las primeras fiesta, en las cuales jamás me terminé de sentir bien, el primer amor , los primeros poemas, la banda de música y los covers (¡Sepultura!), las expulsiones del colegio. 

    Tuvieron que pasar casi 18 años para que llegara Stella, y me pidiera recordar este tiempo, la época en que comencé a crecer. Ya te hecho de menos, Stella.










    (El parecido de Guillaume Depardieu con su padre es impresionante)

    viernes, junio 11, 2010

    día 42: estipudez cotidiana

    - Tirar la ropa sucia en la basura.
    - Olvidarte que estás en la oficina y hacer cosas que normalmente harías en casa.
    - Usar acetona en vez de alcohol.

    martes, junio 08, 2010

    día 39: 33 cosas antes de 33 (shosholoza)

    2. Visitar South Africa


    Shosholozah
    Shosholozah
    Ku lezontabah
    Stimela siphum' eSouth Africa
    Shosholozah
    Shosholozah
    Ku lezontabah
    Stimela siphum' eSouth Africa

    Wen' uyabalekah
    Wen' uyabalekah
    Ku lezontabah
    Stimela siphum' eSouth Africa


    Translation:

    Go forward
    Go forward
    on those mountains
    train from South Africa.
    Go forward
    Go forward
    You are running away
    You are running away
    on those mountains
    train from South Africa.
     
     
     
     



    día 39: this time tomorrow

    Garrel, Los Amantes Irregulares, Aurelia Alcaïs, The Kinks, correos en la bandeja de entrada.


    lunes, junio 07, 2010

    día 38: nostalgia



    Hay canciones que parecen escritas para nuestra vida.


    "Pago por ver lo que he perdido"



    día 38: Valencia


    Vuelvo de Valencia. Estoy cansado, y nunca me había sentido tan bien. Vamos a dejar un lado el mal humor, las confusiones, los malos entendidos, el exceso de ego, la arrogancia, y todas estas cosas que el mundo adulto trae. 

    Voy quedarme con aquello que está creciendo por fuera de todo esto, y con las ganas de que todo salga bien. Creo que eso nos unía a todos adultos de este viaje, a pesar de todo.

    De este largo viaje, me quedo con la historia de Brain, y Zava. El primero es Xhosa, el segundo Zulu. Los dos juntos hablan más de 20 idiomas, inglés entre ellos, y algo de afrikaans, aunque tratan de usarlo cada vez menos. 

    Zava me contó que el día que terminó el apartheid, sudáfrica bailó y lloró durante 10 días. Brain, en cambio, me contó su idea sobre la igualdad: piensa en el cuerpo humano, uno no dice mi brazo es mejor que mi pierna, o mi cabeza es mejor que mis hombros. Debemos ver al Otro de esta forma.

    Ya en Madrid, nos despedimos cantando la canción de todos estos días,  aunque antes tuvimos que tranquilizar a Rubén, que no dejaba de llorar. 







    jueves, junio 03, 2010

    día 33: confesión


    El día que cumplí 14 años mis padres me regalaron la colección de música clásica de Salvat. Cien cassettes y tres libros de historia de la música. 

    Creo que la mitad de la población de Guayaquil tiene esa colección. De hecho, su hay un indicador de clase que no falla es tener esa colección: clase media empobrecida.

    Mi madre se la compró a una amiga que pasaba por un mal momento y se metió a vender de todo. Por ese entonces las cosas no iban tan mal en casa, nos lo podíamos permitir.

    En menos de un año los escuché todos. Durante ese año en el Conservatorio las cosas se comenzaron a poner incómodas porque me negaba a cortar el pelo, así que prefería evitar las clases y quedarme en casa escuchando música. Además, de mis compañeros de curso, yo tenía la guitarra más vieja y se desafinaba durante las clases, así que era mejor no ir. Esto lo pude hacer hasta que me descubrieron, me dieron una paliza y volví a las clases con regularidad.

    De entre toda la colección, si hubo un autor que nos cautivó a todos fue Tchaikovsky.  Y digo todos porque en esa época venía a casa, casi todas las tardes, el Chino. Mi hermano, el Chino y yo jugábamos ajedrez. Nos quedábamos durante horas escuchando a T y aprendiendo a intimidar a nuestro contrincante, no con salidas novedosas, sino como se juega en el suburbio: con cháchara. Cháchara y P3R, no falla. Luego de escuchar a T y tenerlo metido en el cuerpo, salíamos a la calle, a jugar ajedrez en la calle, de ser posible en una esquina  y si además desde esa esquina se podía  ver pasar toda la violencia de la ciudad, mucho mejor. 

    El Chino, diez años mayor  nosotros, luego se dedicaría vender medicina robada, camaretas y dar clases de ajedrez en colegios privados. Todo a la vez.

    No puedo evitarlo, en el concierto para Violín de T hay ese olor a suburbio, a perros callejeros, a vodka, a locos suburbanos que entregaron su vida al ajedrez y al alcohol. Es como lo dice Alexei Guskov, en El Concierto: toda música es una confesión, y toda canción es un intento por alcanzar aquello que no está.






    día 33: estipidez cotidiana

    6. Hacer la cama con el móvil dentro, y luego tirarte horas buscándolo.

    7. Buscar las gafas y llevarlas puestas.

    8. Meter en la nevera cosas que son del armario y viceversa.

    9. Salir de la habitación y olvidar lo que ibas a hacer.

    10. Vestirte para trabajar un día que no tienes que trabajar.

    11. Despertar creyendo que es domingo y es lunes.

    12. Ponerte los zapatos antes que el pantalón.

    13. Decidir que no te vas a lavar el pelo y meterte en la ducha y mojarte de pies a cabeza.

    miércoles, junio 02, 2010