lunes, octubre 19, 2009

1979

Antigua, como una mujer asomándose a una ventana. Olvidada en los vagones de los trenes que nos llevan a casa. Esta sensación...

Pongo las cartas sobre la mesa, y luego las voy quitando, una a una. Nadie promete el cielo.

Miro a través de la ventana sucia, y no veo ninguna estrella.

Y no me importa.

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