sábado, diciembre 08, 2007

el poder se volvió gramsciano (I)

Si las relaciones multilaterales fallan, entonces la Administración Estadounidense cuenta con sus propios relevos: las organizaciones no gubernamentales (Janett Habel*).

La Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID) ha prestado ayuda financiera a diversas iniciativas de las organizaciones y programas políticos de la oposición venezolana. Ya sea a través de su programa Democracy builders, o de la creación en Caracas de una oficina de Transición (creada por el Departemento de Estado después del abortado golpe de 2002) los Estados Unidos "estimulan" una "resistencia no violenta".

Ignacio Ramonet afirma que las estrategias de "apoyo" a la sociedad civil en Venezuela le recuerdan las estrategias usadas por EE.UU. durante los primeros años del gobierno de Allende, antes del golpe. Y es que, como afirma Habel, con "la bandera de la democracia" se puede (se esta logrando) "penetrar la sociedad civil para asegurar el control social", gracias "a formas de dominación más consensuales". Los estrategas estadounidense se conviertieron en buenos gramscianos, comprendieron que "el lugar real del poder" es la sociedad civil, "pero a condición de fragmentarla en grupos y en comunidades e intereses divergentes".

Esto permite observar la derrota de Chávez como un complejo "A" de fuerzas sociales.

La iniciativa de la reforma corrió paralela a la creación del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), plataforma donde el chavismo pretende acumular las fuerzas de apoyo. Debimos esperar, parece ser la idea que recorre a la mayoría de diputados del gobierno. O como afirma el politólogo Ricardo Sucre, faltó una maquinaria (electoral) lo suficientemente aceitada como para cubrir la "imagen impopular" de la propuesta. Para Sucre, Chavéz habría roto el "pacto político original" -un gobierno dentro de un marco de libertades, plural-, y no supo escuchar las diversos estudios que afirmaban que la propuesta era impopular incluso en los sectores chavistas.

Pero también cabe interrogarse sobre el papel que la Casa Blanca (y sus ayudas financieras) ha tenido sobre esta derrota.




* Le Monde Diplotique, Diciembre 2007.

No hay comentarios: