sábado, diciembre 15, 2007

reforma agraria en américa latina (II)*

Se puede glosar en dos grandes tipos de procesos los resultados globales de las reformas agrarias.


1. ¿redistribución?

El objetivo no era la redistribución de las tierras. El objetivo era convertir la tierra en un bien plenamente capitalista. Había que modernizar las grandes explotaciones hacendatarias. Había que sustituir el viejo régimen de hacienda por un sistema capitalista y capitalizadas. Eso se hizo.

La reforma agraria permitió entonces la consolidación de un amplio tejido de grandes explotaciones capitalista plenamente adaptadas a la coyuntura expansiva de los años 60.

En términos generales, puede afirmarse que las mejores tierras continuaron en manos de la burguesía agraria que tenían además todas las facilidades del Estado para importar la nueva tecnología de la revolución verde y convertir las viejas haciendas en modernas y eficientes exportaciones adaptadas al desarrollismo de la época.


2. frustración

Las reformas acostumbraron a frustrar una parte importante de las expectativas que habían creado.

Bien por la timidez de las reformas redistributivas (nos podemos imaginar el tipo de reforma agraria que se aprueba en la Nicaragua de Somosa?).

Bien por su tergiversación, vendiendo como reforma agraria lo que era un proceso de colonización agraria. Una de las formas recurrentes de los Estados Latinoamericanos para aliviar la presión campesina sobre los sistemas de haciendas era abrir grandes vías de comunicación hacia el trópico y el subtrópico y permitir la colonización de las tierras, entre comillas baldías. Esta fue la actuación del Instituto Colombiano de Reforma Agraria y Colonización en los años 60s, donde el hacha deforestadora avanza a un ritmo de 800.000 hectáreas por año. Esta es la experiencia del Instituto Ecuatoriano de Reforma Agraria y Colonizacion, durante los 60s y 70s, y también la experiencia del Instituto Nacional Indigenista en Chiapas, México. ¿Qué paso en Chiapas? En Chiapas no se aplicó la reforma agraria decretada por el Gobierno Federal, y en los años 60 llegaron a una situación considerable de presión demográfica sobre las grandes haciendas de los altos en Chiapas ¿Cuál es la alternativa? Un proceso de colonización de la selva Lacandona para aliviar la presión demográfica sobre el sistema de hacienda. Se vendió como reforma agraria, redistributiva, lo que en realidad fue un proceso de colonización.

O bien la por la puesta en práctica de contra-reformas, después de episodios de avances en medidas redistributivas. El ejemplo más claro es Guatemala, y la contra-reforma agraria que se viene después de la reforma de Arbenz. El gran pecado de Arbenz fue expropiar la todo poderosa United Fruit Company. La United monopolizaba 500.000 acres de tierras baldías para presionar sobre las pequeñas explotaciones indigeno-campesinas y garantizar la fuerza de trabajo a la grandes plantaciones bananeras. O la contra-reforma del régimen de Pinochet, después de 1973, que da la vuelta atrás a la reforma agraria, que no había empezado Allende, sino el demócrata cristiano Freire

Y a pesar de todo, a pesar de todo, las reformas agrarias consolidaron un espacio de reproducción de las economías campesinas. A pesar de todo hubieron sectores campesinos que salieron ganando. A pesar de todo el pacto del Estado con los campesinos funcionó.

A pesar de todo la reforma agraria pasa del campo de lo económico al campo de lo político. Pasa a ser un ritual donde se consolida la dependencia orgánica funcional y vertical de las organizaciones campesinas con respecto al Estado.

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