jueves, abril 05, 2007

Genealogías I

Matilde Yépez Gonzáles pidió trabajo en la fábrica a los 26 años de edad. El señor Norero pedía como requisito que sus futuros empleados llevaran un pájaro exótico el día de la entrevista. En su primer intento, Matilde llevó un Garrapatero, esos pájaros negros que se crían en los Esteros, y cuya cacería le costó un poco. El señor Norero, al ver el ave, no pudo reprimir su desagrado. Esto no es un ave, es un gallo enano. Obstinada, Matilde intento esta vez con un Gorrión, tratando de garantizar su trabajo y a la vez salvar su buen gusto. Norero no tardo esta vez tanto como en la ocasión anterior, y simplemente dijo que era un ave demasiado vulgar. Cansada, se dio el trabajo de cazar una paloma turca, de esas que llenan de mierda el monumento a los 100 años de independencia, como su pelea final. Norero, simplemente contestó, tiene usted el trabajo, pero no por las aves, sino por su insistencia. Así, Matilde Yépez ingresaría a la boca de aquella industria, donde aprendería ese vocabulario que años después su esposo llamaría "fabriquero". Y saldría de ella 37 años después, con un ventrículo derecho sensible, debido al chocolate espeso que se comía con huevo, y una cómoda pensión que le alcanzó para mimar a hijos y nietos, hasta el día que, cansada de dormir, decidió despertar para siempre, cerca de nosotros.

1 comentario:

ah dijo...

un ventriculo izquierdo,12% FE , mitral, tricuspide , aortica y pulmonar calcificadas, años despues entendi sabados de chuletas del mercado de maracaibo, y arroz con amntequilla...