miércoles, abril 04, 2007

¿Una democracia autoritaria?

Javier Ponce (Invitado Especial)
Escucho afirmar que vivimos una democracia autoritaria.Salgo a la calle, intento cruzarla y un vehículo me impone su máscara de acero. Su conductor ejerce autoritariamente la condición de más fuerte.Reviso mi estado de cuenta bancaria y me encuentro con costos que nadie ha acordado previamente conmigo. Se me imponen autoritariamente. Con el mismo autoritarismo con el que se me conmina a firmar algún documento que contiene en letra menuda, todas las fórmulas posibles para deshacer los compromisos del documento.Si debo realizar no importa qué gestión en la policía, en el seguro social o en cualquier servicio público, cualquiera que se encuentra al otro lado de la ventanilla me impone, con autoritarismo y arbitrariedad, sus condiciones. Si protesto, el autoritarismo se volverá irascible, intolerante, caprichoso.Los ciudadanos “residenciales” son autoritarios cuando templan cadenas en los ingresos a la vía pública; y es autoritario el que se estaciona en una vereda o la ocupa arbitrariamente para acumular los materiales de construcción de su edificio privado.El mercado es autoritario a nombre de la libertad. Me impone sus reglas en virtud de unas decisiones y unos decidores invisibles. Son las leyes del mercado… Hay que actuar de acuerdo con el mercado… El mercado es el que fija el valor de los bienes y el monto de los intereses, dicen los voceros de esa entelequia autoritaria.Si algún autoritarismo resulta intolerable es el mercado y la voluntad de sus manipuladores.Los medios de comunicación ejercen autoritarismo sobre los ciudadanos, cada vez que dictaminan cuál es la opinión pública, en dónde reside la verdad, quién tiene derecho y quién no, a acceder a ellos con voz propia y expresarse en sus páginas o sus espacios virtuales. El saber es autoritario, cuando es poder y busca imponerse como la verdad indiscutible. Saber y poder se conjugan en el autoritarismo.La riqueza excesiva es autoritaria e intolerante, ejerce el poder para perpetuar su control sobre una sociedad, sobre los bienes colectivos.La educación es en el Ecuador una educación autoritaria, sin derecho a la réplica, ni de estudiantes ni de sus familias. Sin derecho al desacuerdo.Los diálogos, entre los ecuatorianos, transcurren tantas veces en el marco del ejercicio del autoritarismo, del descrédito y la negación del otro.Los partidos políticos han sido, a lo largo de toda la historia republicana, autoritarios; y sus caciques siguen siéndolo, aunque estén destituidos.Las leyes son autoritarias, intolerantes, cuando se aplican por sobre las condiciones reales de una sociedad. Y cuando han nacido de algún ejercicio de autoritarismo.Sí. Solamente que los analistas se quedan cortos… o actúan con ceguera política. Más allá de una democracia autoritaria, lo que vivimos es una sociedad autoritaria.Y una sociedad así actúa como un juego de dominó: el ejercicio del poder y del autoritarismo se sucede desde la cúspide de la sociedad hasta el último amanuense que vengará las humillaciones del día en su esposa o sus hijos. Protagoniza el último eslabón de una cadena de autoritarismos.Todos guardamos algún resquicio de poder. Alguien está siempre bajo nuestra voluntad, bajo nuestro capricho, sometido a nuestro autoritarismo.
Tomado de El Universo, 4 de Abril 2007

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