viernes, abril 03, 2009

el click y la manta

Encuentras un nuevo blog. Es lo que buscabas, nada se acerca o promete un hilo tan directo hacia tu intimidad y subjetividad que este link. Das click y una nueva pestaña coloca a pocos pasos de tu reproductor tu nueva adquisición. Clikeas nuevamente, esperas los segundos que hay que esperar, esperas el mensaje que hay que esperar, comienza la descarga. Mientras tanto ,vas creando una nueva carpeta en tu valiosa colección de música personal. ¿Hará falta un nuevo label? Tal vez, pero el estilo del grupo es inclasificable.

Cargas tu hallazgo en tu mp3. Sales a la calle, recorres el mundo con tu propio soundtrack. A veces la música coincide con la emoción, a veces la música crea la emoción. Cada canción es un nuevo pliegue, en esa insaciable y snobista subjetividad europea.

Desde hace algunos meses, 60 "manteros" están en prisión. Y posiblemente pasen allí durante los próximos dos años. A otros, con menos suerte, los expulsarán de Europa y se les incluirá una prohibición de entrar a cualquier país de la UE durante los próximos 10 años.

Ni siquiera el asesinato se castiga con esta dureza.

Los manteros venden lo mismo que bajamos de Internet. Pero ellos son el último eslabón de la cadena de pirateo. Ellos, símbolos de lo ambulante, no engañan a nadie. Todos aquellos que compran saben lo que compran (¿O hay algún imbécil que espera encontrar una "copia autorizada" entre tanto plástico y mercurio durmiendo sobre el piso?).

¿Qué hacer?

El sentido común nos diría "despenalizar el top-manta". Pero nada parece apuntar a que eso suceda.

Si seguimos la tendencia de las políticas migratorias de la UE, el mensaje que tenemos es el siguiente: hay que "re-educar al bárbaro". El bárbaro que delinque, que piratea, que salta las vallas, que no sabe clikear. Y nuestro programa incluye la expulsión, la persecusión y la violencia.

La doble moral del mundo, da asco.

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