jueves, abril 09, 2009

luz


"Este viernes la veré otra vez", así empezará la historia.

Sentado sobre la Plaza, imagino nuestros diálogos, voy dibujando algo, y creo desproporciones propias del cine. La memoria necesita luz, más luz de lo que solemos pensar.

Mira mi vida, hablo, y mi ansiedad se cubre con el peso lo terrible. Al igual que Garrel, sólo me preocupa el corazón del plano, no su centro. Y encuentro el seco corazón, desatado aquello que fuimos.

Sigo por Calle de la Corredera Alta. Recuerdo cuando descubrí esta calle, hace algunos meses, un día que salí corriendo de casa para aliviar el remordimiento de lo que no he hecho, de lo que tendré que hacer. Llena de comercios, de ventanas abiertas, de vida humana corriente. Podría quedarme en esta calle, para siempre. Miro la vida.

La tarde tiene un temblor desconocido hasta ahora, un temblor que la transparenta, opaca y nítida, a la vez, como tu piel.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

(Lectura visual, madrileña y cinéfila, con temblor incluido)

amanda dijo...

Un abrazo y toda la suerte del mundo . Seguro y te va de lo mejor, ya veré, portate bien nomas sin buscarle la 5ta pat al gato y seguro todo sale, besos desde tu ex ciudad.

Ah, presentame la chica, aunque sea web, se ve que es una linda.