Cambiar de sueños, cambiar de esperanzas, caer encima de nuestros errores y aciertos como quien cae sobre un campo de rosas. Tratando de vender nuestra alma, de disolverla en el café.
Nunca es fácil, no lo es, y mientras tanto, se coloca sobre ti ese sombrerito gris que todo los amigos reconocen...desde lejos.
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