domingo, abril 25, 2010

perder


Tengo que admitirlo, a veces en esta guerra de olvidar pierdo.


He vuelto de Córdoba, y tienen razón aquellos que dicen que el viajero es alguien que quiere salvarse, quiere ver, pero quiere salvarse.


La vida tiene su propia velocidad, sesenta minutos por hora. 
Y no puedo olvidarlo.






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