jueves, abril 01, 2010

respuestas: de F a T (hope)


Querida T, 

Vuelvo de la exposición de Coixet sobre J. Berger. Llevo algunas frases conmigo. Me he distraido caminando durante horas por la ciudad, tratando  de entender cada palabra que he intentado memorizar. 

La esperanza, se piensa, es invisible. Pero  llega un momento, a fuerza de moderla y nombrarla,  que se deposita en una parte de tu cuerpo, que se vuelve real, medible, tocable. Llegará un momento, dice Berger, que las cartas no esperen más en los buzones, que todas las cerillas de la caja apunten en la misma dirección. Tengo esperanza de ello.

Podemos hacer con el pasado lo que nos de la gana, ¿por qué no?, nos lo hemos ganado a pulso. Repito tu nombre miles de veces, cientos, 400 veces. Lo repito hasta que se vuelve el eco del día, hasta que toma la forma de un único beso, el que no me diste. Es mi forma de tenerte, de reconstruirte, "hueso a hueso", diría Berger.

Llego a casa y tomo la guitarra, aprendo una nueva canción y nuevas palabras, que por ahora sólo uso conmigo. Retomo a Lispector, a Drummond de Andrade, a Gullar.  Luego tomo aquel libro de cocina que nos divertía tanto, y aprendo una nueva receta. Es mi forma de que te quedes conmigo para siempre, es mi forma de reconstruirte, hueso a hueso. Esa es mi última esperanza, que llegue el momento que de tanto, tanto, encuentre aquello que es atemporal, aquello que ha estado siempre en el mundo, lo que antes de tí era nada, y que después de tí es ausencia.

besos, 
f.


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