lunes, mayo 03, 2010

día 3: finito

Erika salta al otro lado del Oceano sobre un trampolín. Gana el que pueda hacer una flor de loto en el aire. Ella tiene una amiga que dice que todos sufrimos el síndrome de Peter Pan, aunque Erika cree que más que un síndrome es una bendición.

Ella cree que todo termina por acomodarse, las mismas nubes, que otrora fueron negras, ahora son grises (aunque dicen que pocos sobreviven al cielo del DF).  Tal vez haya suerte y se vuelvan rosadas, con formas de alfileres o cigarrillos, y terminen explotando en un bermellón intenso, como en un sueño de Roberto Bolaño.

Es cosa de confiar, al igual que lo hace una niña.

Es chido, dice ella, saber que existe Nunca Jamás. Ella salta en un trampolín en México DF, yo escribo esto en mi habitación de Madrid. 

"Las relaciones son finitas, las risas son finitas, pero el deseo de amar, de ser feliz, no lo es", me dice antes de despedirse, no sin antes contarme que finalmente fue a ver Where the wild things are, recién estrenada en el DF. "Aunque en mi isla existen un par de monstruos más".





PD: Ella me advierte que es igual de buena con el agua que brincando en flor de loto.


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