viernes, mayo 07, 2010

día 7: Kafka


Cuando Richard y Martha lo encontraron, él se diferenciaba de sus hermanos por su actitud. ¿Debería llorar, mamar, jugar con aquel hombre que me observa, explorar el lugar?, pensaba él. Él pensaba. 

Richard lo tomó enseguida, y le puso de nombre Kafka. 

Claro está que Kafka no sabe que es un gato, y sus actuales padres tampoco creen que se lo dirán. ¿Para qué? Sólo aquellos que han tenido un gato saben que eso no es lo esencial, porque los gatos nacen con una identidad muy definida. No les hace falta más que un rincón en casa, donde acostarse a pensar. 

Kafka ama los domingos, cuando están los tres en casa.

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